Como compartíamos mesa personas de edades muy dispares, terminamos hablando de los cambios que se han dado en los modos de vida entre el ayer y hoy. Algo que me llamó mucho la atención aquella vez fue que los mayores mencionaron la dependencia (ya no necesidad) que tenemos la gran mayoría del teléfono móvil o celular. Algunos ni siquiera lo usan para lo que comenzó a usarse: hacer llamadas. Me gusta el siguiente video, una parodia sobre el iPhone que creo es bastante ilustrativa.
Pero la conversación no se detuvo allí. No nos quedamos hablando del hombre prótesis que menciona Freud en su Malestar de la cultura, el que se va complementando con los aparatos tecnológicos para aproximarse lo más posible a ser Dios, no. La conversación cogió un rumbo para mí inesperado. Hablamos de cómo el uso del teléfono móvil habría echado a perder algunas obras de arte. Específicamente se mencionó a Penélope, la protagonista de la canción de Joan Manuel Serrat cuyo título lleva el mismo nombre. He aquí un video de la canción:
Tras escuchar la canción es evidente que un par de portátiles habría desecho la historia, quizás por completo. Imaginemos lo que sucedería: Penélope y el viajero se hubieran llamado, "mensajeado" e incluso visto a través de la pantalla; lo que aflojaría el "mírame, soy tu amor, regresé...". Estás igual que como te vi antes de que llegara el tren, diría la mujer del bolso de piel marrón.
Me parece interesante cómo el uso de las tecnologías puede dar mucho qué hablar, pero también mucho qué callar (recuérdese el ya repetido pensamiento: tenemos tantos medios para comunicarnos ahora, que ya no hablamos ni con el vecino, por no decir de las personas con las que cohabitamos) En este caso el vínculo entre el espectador y la canción se podría ver afectado por la sencilla pregunta "¿y por qué no se comunica con él?", lo que creo conllevaría un desprestigio de la pieza. No es necesario, pero me parece esto una muestra de cómo el arte se ve aumentado y condicionado por la tecnología.
Irónicamente, esperaré sus comentarios ansiando un diálogo que se dé en un plano de la tecnología paralelo; deseando, claro está, algún día bajar del tren, saltar el vacío entre paralelismos y poder reconocernos cuando lleguemos al andén.