jueves, 17 de diciembre de 2009

El bien como teleología del Derecho y las utopías

Dentro del campo filosófico corresponde a la filosofía del derecho "saber qué es el derecho, mas no respecto de la vida jurídica, sino respecto de toda la vida, para comprender por qué aquél existe en ésta"1, además de ser dicha disciplina necesaria para combatir las "lagunas [...] discrepancias o antinomias existentes en los textos legales"2. El Derecho, por su parte, es definido en palabras de García Máynez como "un orden concreto"3 o por Ferrater Mora como "el conjunto de lo legítimo"4; éste término es análogo a o)rqo&j, rigth o Recht cuyo contenido es "lo que está conforme a algo o, mejor dicho, lo que está de acuerdo con una regla, lo que la acata o cumple sin desviaciones, rodeos o vacilaciones"5, de este modo se puede afirmar que "todo derecho existe para regular el comportamiento del hombre"6 lo cual no contradice la concepción aristotélica7 de que la política "pone su mayor cuidado en hacer a los ciudadanos de tal condición que sean buenos y obradores de buenas acciones"8. Esto se procura mediante "el expediente más idóneo que encontraron los griegos para la realización de tan alto destino [...] una constitución política"9. En ella se encuentran las normas con las que se pretende dar cierto orden a una nación10 con el fin de alcanzar determinados objetivos11. Como lo que se trata de ordenar es la conducta de los hombres "la colaboración de los sometidos resulta indispensable"12 por lo que el derecho como orden se daría cuando los individuos que se pretende ordenar se ajustan al sistema normativo13.


Ya que las normas persiguen el cumplimiento de determinados objetivos se puede decir que se tiende a un fin, desvelándose así la teleología14 del derecho. Así como la finalidad de todas las acciones y elecciones es un bien15, en los procesos teleológicos se "presupone que el sujeto que tiende a la realización de una finalidad atribuye a ésta un valor positivo"16, de manera que los individuos sólo cumplirían las normas a las que están sujetos si las transformasen en sus bienes17.Para ello es necesario "plantearse el problema de la bondad o justicia intrínsecas de las mismas"18 y convencerse de que dichas normas son buenas (o las mejores de entre sus elecciones). Un ejemplo al respecto se encuentra en el Malestar de la cultura al exponerse que el primer Derecho surge cuando un grupo de individuos sacrifican algunos de sus instintos para unirse en una mayoría que resulte más poderosa que cada uno de los individuos por separado19. Aquí se ve cómo los hombres tuvieron que elegir un bien común sacrificando bienes particulares para crear ese derecho.


No creo errar al afirmar que el Derecho aspira a encontrar un bien que sea tal para todos, pero dicho ideal parece sólo alcanzarse en las utopías, pese a que han nacido y se mantienen como género literario20. Empero, las utopías son captadas por el lector como "hipótesis plausibles"21 que lo persuaden mediante la retórica de la ficción22 de una idea de felicidad.


Retomando el tema del bien como finalidad del Derecho es lícito añadir que dicho bien se procura plasmar en una constitución política, medio igualmente utilizado por las utopías para recoger sus normas ideales. Como requisito previo para crear una constitución ideal Aristóteles propone definir "cuál es la vida más digna de escogerse"23, en otras palabras la mejor (superlativo de bien). El problema del Derecho y del establecimiento de una utopía es, por tanto, el del bien, con lo que se torna ardua labor encontrar un bien al que todos se sometan por convicción propia. Afirma Freud que la religión es la única que "sabe responder a la pregunta por el fin de la vida humana"24 y esto es evidente puesto que Dios pasa a tomar el lugar del bien, convirtiéndose las órdenes monásticas en fácil paradigma de comunidades utópicas. Pero no sólo hay una religión y, por lo mismo, tampoco una sólo concepción de Dios, con lo que la problemática permanece.


Ahora bien, si cada cual tiene su idea de lo que es(tá) bien y conforme a ella guía sus actos, será necesario un consenso o convencimiento mutuo sobre lo que es(tá) bien para poder, en base a ello, hacer un Derecho justo y establecer por fin una utopía.


¿Es esto posible? En vistas de que "las utopías (en plural) no expresan fácilmente una significación central de la utopía (en singular)"25 y aunado a que "se dirigen más hacia el futuro"26 que a una instauración presente, la respuesta es negativa. Mas por mirar al futuro y por ser agente que "destruye un orden dado"27 su ausencia supondría "un estancamiento total"28, motivo por lo cual cobra vigor la "Ventana sobre la utopía" del escritor Eduardo Galeano:


[La utopía] está en el horizonte –dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.29


Para caminar y no quedarse estancado. Algo similar dice Pedro Gómez Danés* respecto a la perfección: el ser humano no es perfecto, sino perfectible, y mientras tienda a la perfección de lo que es en cuanto humano (en su unidad racional, volitiva y sensible) estará obrando bien30.


Como se ha dicho, las utopías son para seguir caminando, al punto que Cioran diagnostica esclerosis y ruina a una "sociedad incapaz de dar a luz una utopía y de abocarse a ella"31. Hay, pues, necesidad de utopías que mantengan al Derecho en búsqueda (que implica movimiento) de solventar las lagunas normativas generadas por los cambios sociales en el tiempo y espacio. Asimismo es importante señalar, junto con Sloterdijk, que la utopía social de antaño tiende a conformar las utopías individuales de la actualidad, en las que, mediante la autohipnosis, el individuo se convence de que su idea de bien es la finalidad a la que debe tender32. Independientemente del camino, social o individual, la labor del estudioso (filósofo) consiste en hacer surgir las utopías de las tensiones sociales33 originadas por la heterogenia constante en la que está inmersa la sociedad y así mantenerla en un crecimiento hacia el bien.



NOTAS


1 Petro Piovani, Linee di una filosofia del diritto (Padua: Cedam, 1958), 13, cit. en Eduardo García Máynez, Filosofía del derecho (México: Porrúa, 1994), 16.
2 Eduardo García Máynez, Filosofía del derecho (México: Porrúa, 1994), 10.
3 Ibídem, 9.
4 José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía, tomo I (Barcelona: Ariel, 2004), 817.
5 Ibídem.
6 E. G. M., Ob. cit., 18.
7 Recordar que para el griego “la triada moral, política y derecho se encontraban indisolublemente unidas” (Aguilera 2007, 13)
8 Aristóteles, Ética Nicomaquea (México: UNAM, 1994), 141.
9 Antonio Gómez Robledo, Introducción a Política de Aristóteles (México: UNAM, 2000), XXI.
10 Orden entendido como “el sometimiento de un conjunto de objetos a una regla o sistema de reglas cuya aplicación hace surgir, entre dichos objetos, las relaciones que permiten realizar las finalidades del ordinante” (Máynez 1994, 23)
11 E. G. M., Ob. cit., 30.
12 Ibídem, 27.
13 Ibídem, 21.
14 Del griego te&loj, fin(alidad), y logo&j, que en este contexto se puede traducir como "tratado" o "saber".
15 A., Ética Nicomaquea, 107.
16 E. G. M., Ob. cit., 30.
17 Ibídem, 43.
18 Ibídem, 22.
19 Sigmund Freud, El malestar en la cultura (Madrid: Alianza Editorial, 2004), 40-1.
20 Paul Ricœur, Ideología y utopía (Barcelona: Gedisa, 1997), 289.
21 Ibídem, 290.
22 Ibídem.
23 A., Política (México: UNAM, 2000), 200.
24 S. F., Obras completas, tomo XXI, El malestar en la cultura (Buenos Aires: Amorrortu, 1976), 76.
25 P. R., Ob. cit., 290.
26 Ibídem, 292.
27 Ibídem.
28 E. M. Cioran, Historia y utopía (México: Tusquets, 2003), 118.
29 Eduardo Galeano, Las palabras ardientes (México: Siglo veintiuno, 1993)
* Profesor de Metafísica, Ética y Ontología e la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
30 Pedro Gómez Danés, notas del curso de Ética, Octubre, 2009.
31 E. M. C., Ob. cit., 118.
32 Peter Sloterdijk, La utopía ha perdido su inocencia, entrevista con Fabrice Zimmer, publicada en Magazine Littéraire, mayo, 2000, traducción del francés de Ramón Alcoberro http://etpclot.jesuitescat.edu/~37272647/sloterdijk.htm (acceso 9 de diciembre, 2009)
33 Ibídem.

BIBLIOGRAFÍA


  • Aguilera Portales, Rafael. «Utilidad y sentido metodológico, hermenéutico, ontológico, axiológico y didáctico de la Filosofía del derecho.» Conocimiento y cultura jurídica, 2007: 11-41.
  • Aristóteles. Ética Nicomaquea. México: UNAM, 1994.
  • —. Política. México: UNAM, 2000.
  • Cioran, E. M. Historia y utopía. México: Tusquets, 2003.
  • Ferrater Mora, José. Diccionario de filosofía. Vol. I. Barcelona: Ariel, 2004.
  • Freud, Sigmund. El malestar en la cultura. Madrid: Alianza, 2004.
  • —. Obras completas: El malestar en la cultura. Vol. XXI. Buenos Aires: Amorrortu, 1976.
  • Galeano, Eduardo. Las palabras ardientes. México: Siglo veintiuno, 1993.
  • García Máynez, Eduardo. Filosofía del derecho. México: Porrúa, 1994.
  • Gómez Danés, Pedro. «Notas del curso de Ética.» San Nicolás de los Garza, Octubre de 2009.
  • Ricœur, Paul. Ideología y utopía. Barcelona: Gedisa, 1997.
  • Sloterdijk, Peter. «La utopía ha perdido su inocencia.» filosofia y pensament. http://www.alcoberro.info/v1/sloterdijk.htm#slo1 (último acceso: 10 de Diciembre de 2009).


2 comentarios:

Francisco "Orion" Escorzae dijo...

Saludos decembrinos,

El problema con la idea de que el derecho debe de tender hacia el bien del ser humano es el mismo que planteas con la idea de dios, o más bien yo, en como se da la vivencia de la religión, ya que surgen múltpiles posiciones con respecto a lo que es lo mejor para el ser humano.
Creo que el verdadero reto al que se enfrenta el derecho y que ninguna utopía resuelve o enfrenta realmente, al menos de las que he leído, es el problema de esa misma diferencia de concepciones del mundo.

José Alberto dijo...

Precisamente por ello menciono que la labor del filósofo en este campo consiste en hacer surgir utopías de las tensiones sociales (que son nacidas por las diferentes concepciones del mundo, entre la que se incluye las del bien)

Gracias por comentar.