sábado, 26 de septiembre de 2009

Qué es para mí la filosofía

Inevitablemente mi pluma me conduce a hablar de y sobre la filosofía, para mí ese saber que debe partir desde cero al proponer una teoría, que necesita formular desde el principio todos sus postulados con independencia del trasfondo individual, social e histórico existente. No por ello se debe apartar del aprender filosofía, actividad no contraria de la primera, sino complementaria, así como el pintor ideal es el que tras aprender toda la historia y técnica de la pintura, la "olvida" para innovar en su obra.

Los temas que puede abarcar son muy amplios pero siempre que se remita a otros campos del saber quizás sea más oportuno preguntarse por su fundamento. Lo demás será crítica filosófica, análisis filosófico, o de otro tipo de reflexiones sobre la filosofía, pero no filosofía en este sentido.

Así, estudiar un autor, una obra, una corriente, no es hacer filosofía. A lo mejor una exégesis sobre aquellos tenga el acierto de convertirse en filosofía, pero creo que la idea se aleja de la propuesta. Reivindico, pues, por unos filósofos que hagan filosofía: auténticas reflexiones cargadas de novedad individual, como aquél proyecto utópico llamado "Filosofía sin citas" por algunos compañeros de la facultad que quedó en el mero nombre. Entonces no digamos ya que filosofamos, por favor, si vamos a hablar sobre o desde el punto de vista de aquél señor. ¡La mayoría de esos señores ya están muertos! Yo no quiero saber qué es lo que les faltó decir. No quiero que pongas, pseudo-filósofo o cuasi-filósofo, tus ideas en boca de otro para no mancharte; quiero ver tu reflexión sobre el tema que te interesa y prefiero verte rendido en el intento, que vanagloriado en nombre del otro.

Si vas a hacer esto último, alumno, profesor, maestro o doctor, mejor di que eres investigador, porque hacer un análisis de tal cosa a partir de tal doctrina o identificar las relaciones del concepto de "tal-idad" entre dos, tres o los autores que se quieran no es filosofía, así como no hace poesía, cuento, novela o narrativa quien analiza cuentos, poesías, novelas y narrativas.

Seamos sinceros en este afán de ser filósofos.

8 comentarios:

arguello dijo...

molto bene... pero sabes, discierno de ti al decir que parte de cero, así como que el estudio de fil. es complementario. para mí es un "triada": filosofía (reflexión al modo que mencionas), vida (relación en con los existentes y el mundo) y teología (especulación [idea del absoluto y trascendencia]) es algo que aún no logro comprender y por lo mismo no he ordenado. las preguntas te llevan a los otros que también se preguntan y a esos muertos que también se preguntaron, dandóse una respuesta, que claro no podrá responder tu pregunta, aún siendo la misma, sin embargo es más que un complemento, quizá sea una fundamentación o un empuje hacía otra idea.

pero creo que comprender y está muy claro lo quieres dar a entender, sin embargo, pues qué piensas al respecto ¿se puede partir de cero? ¿en realidad existe la filosofia rigurosamente sin citas? y a fin de cuentas ¿qué sentido tienen dichas citas, qué papel juegan?

José Alberto dijo...

Ciertamente partir de cero es imposible pero para hacer filosofía en el sentido en que yo lo entiendo, al menos es deseable: vamos, lo interesante sería tender a evitar las citas y partir de nuestras ideas (vivencias, nuestra forma de concebir el mundo)

En cuanto al estudio de la filosofía, si bien he propuesto que sea complementaria ha sido en el sentido de no-necesaria para filosofar, pero no por ello divorciada de la práctica filosófica. Menciono la analogía del pintor ideal a modo aclaratorio: el filósofo ideal sería aquél que tras aprender toda la filosofía, la "olvida" para crear la suya propia.

Creo que con esto ya he respondido a dos de tus preguntas finales. En cuanto al sentido de utilizar citas: por una parte son importantes porque soportan nuestra exposición con las ideas afines de otro, además que se le reconoce su mérito; por el otro lado, creo que se utilizan para darle a las reflexiones filosóficas una especie de peso metodológico.

La contraparte de esto es que si bien puedes utilizar las citas para apoyarte en tu exposición, no creo que haya alguien mejor que uno mismo para expresar sus ideas; creo que si se utilizan las de otro para expresarse, a la larga serán tus ideas expresadas con las palabras del otro o las ideas del otro con tus palabras. Cabe señalar: claro que uno piensa con las ideas de muchos, habla con la voz de otros y escribe las palabras de tantos más; pero en la medida en que, en el campo filosófico, se puedan expresar nuestras ideas sin necesidad de citas creo que estaremos tomando un buen rumbo para decir que hacemos filosofía.

Y la otra contraparte es la de citar autoridades con el fin de darle peso a un trabajo que no lo tiene y pretender que por ello sea filosofía; recuerdo en tu texto la analogía con el torero, me permito modificarla un poco: lánzate al ruedo a enfrentarte con ese toro que es la filosofía y si es necesario sucumbe allí, frente a él, antes de esconderte tras los barrotes (las autoridades) por no dar la talla; muere tú, pues, pero no te salves ocultándote tras otros y digas que eres torero, cobarde. Así en el ruedo filosófico.

Me ha agradado ver tu comentario por aquí, Argüello. Nos vemos en la facu.

José Vieyra dijo...

Pues entro al ruedo de esta discusión.

Lo siento pero no estoy de acuerdo, adornas tu exposición con argumentos más emotivos que reales. No encuentro el problema de las citas, para mí son necesarias, tanto para orientar, argumentar, sostener, dar peso y todo lo que quieras. Un proyecto bien puede ser hacer una exposición sin citas, o escribir algo sin la referencia al calce, pero de ahí a que "sea tuya la idea", vaya que me parece aventurado y casi utópico, como tú mencionas.

Filosofar, como cualquier saber venido del hombre, es una aplicación de conocimientos previos que me pueden dar por resultado algo nuevo sabiendo combinar y encontrar nuevas formas y modelos, de ahí a hacer filosofía "olvidando", entiendo tu entrecomillado, pero me parece más una bonita alegoría que algo verdaderamente llevado a la práctica.

Dudo mucho que la filosofía se haga exponiendo tus ideas y defendiéndolas hasta la muerte sin ayuda de alguien, es casi tanto como un suicidio, si eso es hacer filosofía, pues háganla quien quiera. Otra cosa muy diferente es volarte las ideas y no dar crédito, algo a lo que se puede prestar el hecho de no hablar de tal o cual porque están muertos, por cierto, ¿cuál es el problema con que lo estén?

Un poeta no creo que olvide su idioma, las reglas gramaticales, a sus maestros de literatura y a sus más grandes ídolos de la poesía al momento de escribir, todo para plasmar su sentir... creo que están en él al momento mismo de escribir, un crítico no es poeta, pero el poeta no es un ser un sin pasado.

Otro asunto muy diferente, en que sí estoy de acuerdo, es quienes se cuelgan solitos el título de filósofos por dos o tres cosas que escriben y piensan... hacer un trabajo con citas e ideas de filósofos no es filosofía, pero la filosofía tampoco creo que se haga sin ideas de filósofos previos.

Además, aquí me gustaría comentar algo, no estoy de acuerdo en pensar que la lectura de algún texto o filósofo es igual para todos, por eso, citar o hablar de tal o cual filósofo no me hace ser aquél, cada quien recibimos algo diferente de nuestra lectura, y la posterior será una vez más diferente a la primera, por lo que citar a autoridades no es ser esas autoridades.

¡Espero respuesta!

José Alberto dijo...

Hola Vieyra, intentaré aclarar algunos puntos que parecen no haber quedado claros.

Estoy de acuerdo en que no se trata de caer en la necedad de defender las ideas que uno tenga, lo que sería atrincherarse. El problema de las citas aparece cuando se utilizan de tal forma que la exposición no trasciende lo citado, lo que no quiere decir que usar citas sea conflictivo. Hay un trasfondo de vivencias y conocimientos innegable en quien crea... pero limitarse a repetir lo del otro sin crear algo nuevo no nos convierte en poetas, pintores, filósofos... Ahora, si alguien quiere comentar que comente pero que por ello no diga que es filósofo. Si a partir de allí parte una reflexión personal, una novedad, (aunque imbuida de la vida precedente) puede correr la suerte de convertirse en filosofía. El caso es no quedarse en lo citado.

El caso del poeta me parece extrapolado pues no se trata de olvidar (recordemos que no es un estricto olvidar) gramática, profesores, ídolos sino expresar lo que siente a partir de allí, sin por ello limitarse a repetir lo que otro escribió sobre el amor o al seguir al dedillo las normas del lenguaje.

Para terminar, no creo haber dicho en algún momento que citar autoridades nos convierta en autoridades ni que la lectura nos deje lo mismo a todos, sino que a una exégesis a partir de una lectura puede quizás tenga el acierto de convertirse en filosofía y aquí entraría la captación personal que tenemos de la lectura. Se trata de una exégesis, no de una labor de copista.

Aquí la respuesta, jeje. Nos vemos en clase.

José Vieyra dijo...

La verdad es que creo estar de acuerdo contigo, el verdadero problema donde tú lo centras es en el autonombrarse filósofos por ciertos trabajos, títulos o labores que se desempeñan, creo que es ahí en donde la crítica da en el clavo, algo que creo hemos comentado más de una vez, por aquellos estudiantes de la facultad que se dicen filósofos y los maestros que también se sienten autorizados por la Universidad, que al final es un problema, pues a algunos quizá nos queda grande decir que somos filósofos pero a otros les basta el nombramiento del gran Otro (universidad, título, publicaciones) para creerse tales.

La pregunta persiste ¿cuándo se es filósofo? Creo que la respuesta está mucho más allá de citar o no a tal o cual, que creo que por ahí nos desvíamos (incluso tú desde tu post), al menos ese es mi entender.

Saludos Bena

José Alberto dijo...

Sí, no se trata de citar o no citar, es a la larga accesorio, sin embargo pretendí hacer luz (aunque sea un poco, no digo que a nivel solar) en este texto y en el segundo del análisis etimológico de la filosofía, que ser filósofo sería hacer filosofía y hacer filosofía se refiere a reflexionar a partir de uno (sí, con vivencias, lecturas, experiencias, sentimientos...) para elaborar algo novedoso que sin ningún problema puede insertarse en las corrientes de pensamiento ya establecidas o salirse de ellas para iniciar una nueva.

Pero creo que el problema de la filosofía en la actualidad que conozco (fuera del campo académico) es que a la gente le llega la idea de que la filosofía trata de hablar de lo mismo de siempre hoy, idea que les llega de los mismos filósofos autoetiquetados. Una vez lo comentamos: la filosofía tiene mucho qué decir de moda, política, (bio)ética, cultura como para quedarse en la repetición y aplicación de la misma receta que antes funcionó, pero ahora, la mayoría de las veces, fuera de contexto.

Seguimos comunicados, Vieyra.

Cardiel dijo...

Desde luego, alquien que estudia filosofía (las teorías de filósofos anteriores) NO es filósofo. No tiene coherencia alguna pensar que por estudiar las teorías de otros vaya una persona a ser, mediente titulación, filósofo. Quizás -que no siempre es así- un médico, un físico o un geólogo lo sean tras estudiar geología, pero jamás un filósofo necesitará, obligatoriamente, estudiar filosofía para serlo. El filósofo nace con la capacidad del pensamiento desarrollada y no necesita conocer las teorías de otros para descubrir lo que le rodea e intentar llegar a la verdad. Puede darse el caso, claro está que tars estudiar a otros filósofos uno acabe por despertar la llama de la búsqueda de la verdad y filosofee. Pero lo que está claro es que un titulado en filosofía SOLO es un tipo o tipa que sabe la filosofía de otros, pero esa causa no los hace filósofos.

José Alberto dijo...

Estoy de acuerdo con tu aporte, Cardiel. Gracias por comentar.